Moussaka: el plato más emblemático de la cocina griega
La cocina griega es sinónimo de sabor auténtico, ingredientes frescos y recetas cargadas de historia. Entre todos ellos, destaca la moussaka (μουσακάς), conocida también como mousaka, musaka o moussaka. Distintas formas de escribirla, pero un mismo antojo: ese gratinado irresistible de berenjena, carne y bechamel.
Muchos clientes nos preguntan si la moussaka tradicional lleva carne de cordero. En realidad, no hay una única forma “auténtica” de hacerla: en Grecia lo más habitual es usar carne de cerdo o ternera, y solo en algunas regiones se utiliza cordero. En España, además, es poco común encontrar carne picada de cordero, por eso en Kuzina optamos por una mezcla equilibrada que respeta el sabor original.
La receta clásica de moussaka combina capas de berenjena, patata, carne picada y una bechamel suave, todo horneado hasta que queda dorado por encima. A continuación te dejamos una versión casera para que puedas prepararla tú mismo, paso a paso.
Receta para una bandeja mediana (casera).
Ingredientes (según la bandeja que usaréis):
2-4 berenjenas grandes
2-4 patatas grandes
500 g de carne picada (cerdo, ternera o una mezcla con cordero)
1 cebolla grande, picada
2 dientes de ajo, picados
200 g de tomate triturado
1 cucharada de pasta de tomate
1 cucharada orégano seco
1 cucharadita de canela en polvo
Sal y pimienta al gusto
1 cucharadita de nuez moscada
Aceite de oliva
50 g de mantequilla
50 g de harina
500 ml de leche
2 huevos (batirlos para la bechamel)
Queso rallado (idealmente kefalotyri griego, o en su defecto parmigiano o pecorino)
Precalienta el horno a 180 °C.
Corta las berenjenas en rodajas finas y colócalas en un colador. Espolvorea sal sobre ellas y déjalas reposar durante unos 30 minutos para eliminar el exceso de agua.
Corta las patatas también en rodajas finas.
Mientras tanto, prepara el sofrito de carne. En una sartén grande, calienta un poco de aceite de oliva y añade la cebolla y el ajo picados. Sofríe hasta que estén dorados.
Agrega la carne picada a la sartén y cocina hasta que esté bien dorada. Luego, añade el tomate triturado, la pasta de tomate, el orégano, la canela, la sal y la pimienta. Cocina a fuego lento durante unos 15 minutos para que los sabores se mezclen. Retira del fuego y reserva.
Enjuaga las rodajas de berenjena con agua para eliminar la sal y sécalas con papel absorbente.
En otra sartén, calienta aceite para freír (puedes usar aceite de oliva, aunque aportará más intensidad y densidad al plato) y fríe las rodajas de berenjena hasta que estén doradas por ambos lados. Retira del fuego y coloca las berenjenas en un plato con papel absorbente para eliminar el exceso de aceite. Haz lo mismo con las patatas.
Para la bechamel, calienta la leche y añade la harina poco a poco mientras mezclas para evitar grumos. Añade la mantequilla y poco antes del final añade la nuez moscada. Retira del fuego y deja que se enfríe un poco.
Una vez la mezcla se haya templado un poco, añade los huevos batidos y remueve bien.
Ahora, vamos a montar la moussaka. En una bandeja para horno, coloca una capa de rodajas de patata hasta que se cubra todo el fondo y por encima la berenjena, igualmente cubriendo toda la capa. Después, incorpora una capa generosa de carne picada. Si te queda berenjena, puedes añadirla encima de la carne picada.
Vierte la salsa bechamel sobre la última capa de berenjena, asegurándote de cubrir completamente la superficie.
Espolvorea queso rallado por encima y hornea durante unos 45 minutos, hasta que se dore la superficie.
Retira la moussaka del horno y déjala reposar durante unos minutos antes de servir. Esto permitirá que se asiente y sea más fácil de cortar
Si buscas una opción vegetariana, puedes sustituir la carne por soja texturizada: conserva la textura y absorbe perfectamente los sabores. Anímate a preparar esta moussaka clásica en casa. Y si te quedas con ganas de más, ya sabes dónde encontrarnos.
Y si prefieres disfrutarla sin complicaciones, te esperamos en Kuzina con nuestra moussaka recién horneada.